No os perdáis: el Pi de Puigpelat, el camino de los Retorts, los elementos visibles de la mina del Arzobispo, la capillita de l'Hospitalet y la iglesia de Santa Maria, del siglo XVIII, con la capilla dedicada a la Mare de Déu de la Llet.

Puigpelat tiene un elemento simbólico muy representativo: el Pi de Puigpelat. Está ubicado al pie de la iglesia, en la antigua balsa vieja, donde durante la Guerra Civil se quemaron imágenes religiosas. El pino original formaba parte de un bosque que los campesinos, poco a poco, fueron talando para convertirlo en una era. De los pinos que dieron vida al bosque solo quedaron dos que eran muy grandes. Uno se perdió en una tormenta, y el otro, el conocido e imponente Pi de Puigpelat, se convirtió en un elemento estimado y representativo del pueblo. En 1935 un fuerte vendaval lo abatió y, cincuenta años más tarde, se plantó uno nuevo en recuerdo del viejo pino.

Recientemente, Puigpelat ha recuperado el camino de los Retorts. Este antiguo camino era una de las vías principales del pueblo; salía del portal y conducía hacia Valls y otros
pueblos de la comarca. Es un camino angosto por donde circulaban personas, carros y mulas.

En el término de Puigpelat se pueden ver restos de unas construcciones -reguladoras de presión atmosférica- que corresponden a la mina del Arzobispo, del siglo XVIII, denominada así porque llevaba el agua a Tarragona desde el río Gaià, concretamente desde el Pont d'Armentera. Algunos tramos de esta mina son de origen romano y corresponden a uno de los acueductos que proveía la ciudad de Tárraco. El Grup Excursionista del Camp de Tarragona, pensando en la estrecha relación del lugar con el agua desde la época romana, creó el Camino del Agua.

La iglesia de Santa Maria, tal como se puede comprobar en el dintel de la puerta, es de 1786 y es de estilo neoclásico. Acoge una lauda sepulcral de un comendador, fray Bernat Pavia, que se conserva en el altar de la Virgen María, en el interior de una urna. El campanario se levanta en la nave de la Epístola. El templo tiene una capilla dedicada a la Mare de Déu de la Llet, patrona del pueblo, de gran devoción.

La capillita de la Virgen María de l'Hospitalet o de La Llet, situada en el camino de Vistabella, recuerda el convento y la iglesia de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, del siglo XII, que acogía la imagen de la Virgen María que actualmente se conserva en el Museo Diocesano de Tarragona. Es una talla de madera de álamo, de una pieza, que se asienta sobre un escabel cortado en el mismo tronco. La virgen lleva velo corto hasta los hombros, manto y túnica de escote redondo. En medio del cuello, un corte perpendicular deja descubierto todo el pecho izquierdo, que amamanta el Niño. La imagen responde al tipo de Virgen María de la Leche, una innovación iconográfica del siglo XIII, y presenta buena parte de las características propias de la segunda mitad de aquel siglo.

La Capillita se construyó en 1998. Si pasáis por allí os recomendamos leer el poema-plegaria del padre Joan Roig que allí encontraréis.

A la Mare de Déu de la Llet:

¡Luz de acacia florecida,
Virgen María de la Leche,
que tanta oscuridad habéis deshecho
entrando dentro de cada herida!

Salvadnos de arrogancia y quiebra
y de mal de soledad,
Vos que siempre nos apoyáis
con una mirada que libera,
gloriosa Hospitalera
del vergel de Puigpelat!