No os perdáis: el antiguo Molí de la Selva que perteneció a los templarios y el curioso campanario separado de la iglesia parroquial de Santa Magdalena. Haced parada y fonda, que en la Masó se come muy bien.

La Masó es un pueblo agrícola muy relacionado con la avellana. Podréis visitar el antiguo Molí de la Selva, que perteneció a los templarios y que todavía conserva en buen estado los antiguos sótanos medievales.

Uno de los edificios singulares más destacable del municipio es Santa Magdalena, el único templo de la comarca con cúpula bizantina, y el campanario, separado de la iglesia, de estilo neorromántico y de finales del siglo XIX.

También os recomendamos que visitéis Cal Benet, la casa más antigua del pueblo, de la cual destaca la arcada de la puerta. Las escuelas públicas de la Masó fueron las primeras que construyó la Mancomunidad de Catalunya hace ahora cien años.

Además de los avellanos, en la Masó se cultivan miles de calçots, puesto que es uno de los principales pueblos productores de la IGP Calçot de Valls.