Alcover – La villa señora
No os perdáis: el núcleo antiguo de Alcover; la ermita de Remei; el camino del Glorieta y las bonitas vistas que ofrece; el Museo de Alcover, con fósiles del Triásico que explican como eran las Montañas de Prades ahora hace 240 millones de años; Can Cosme; el Convento de las Artes, único en nuestro territorio, y la excelente oferta comercial del municipio, con productos de calidad y de proximidad.
Alcover destaca por un núcleo antiguo y un patrimonio paleontológico de primer orden y también por su vinculación con el bandolerismo. En los siglos XVI y XVII fue el centro neurálgico de las reyertas que los bandoleros protagonizaban en estas comarcas. Es por este motivo que Alcover celebra cada año, concretamente el segundo fin de semana de octubre, la Feria de Bandoleros. El paraje natural de Alcover es único: si os adentráis en el valle del Glorieta, encontraréis la ermita de Remei y, algo más allá, el Mas de Forès. Desde allá podéis hacer una buena excursión (eso sí, bien equipados) hasta el Niu de l'Àliga, uno de los rincones más bonitos de las Montañas de Prades que os descubrirá el río Glorieta y su conocido salto de agua.
El Museo de Alcover, único en el mundo en cuanto a fósiles del Triásico, acoge una exposición que explica como eran las Montañas de Prades y los alrededores de los pueblos de Alcover y Mont-ral hace ahora 240 millones de años, gracias a los restos de los animales marinos fosilizados que se han encontrado. Este equipamiento, además, dispone de actividades especializadas para hacer en familia y para escuelas. El Museo ocupa varios espacios de Can Batistó, una magnífica casa señorial. Los aposentos más íntimos de la casa —que todavía conservan la apariencia original— son el escenario ideal donde recuperar la memoria de una familia burguesa de principios del siglo XX desde una perspectiva femenina y también la historia del edificio y de quienes vivieron.
En la Casa Museo de la Miel, única y original, podréis comprar productos artesanos como la cerveza hecha con miel.